El perder a un ser querido siempre implica un cambio, quizá se experimente tristeza, ira o inclusive dolor, pero cuando se habla de alguien más cercano como lo es papá, quien estuvo presente en la mayor parte de tus logros, adaptarse a esta nueva perspectiva puede ser difícil.
Si bien no existen palabras o algo que pueda cambiar el hecho de la perdida, en primera instancia se tiene que tener en cuenta que las fechas importantes como cumpleaños, aniversarios, día del padre, navidad o algún otro acontecimiento relevante puede generar malestar significativo, pues su recuerdo puede doler durante el proceso de duelo, sin embargo, esto no significa que será de esta forma todo el tiempo, ya que tenderá a volverse nostálgico, melancólico, pues las lágrimas que se detonen estarán cargadas de amor por el ser amado, por esas memorias y esos recuerdos que por siempre acompañaran su esencia. Los duelos adaptativos tratan de eso, de la importancia de saber que, nunca serán olvidados, pero eso no significa que cuando se piense en él tiene que doler, ya que Worden en su tercera tarea del duelo, nos dice que el proceso de adaptación no es lineal, puesto que involucra pasar sobre varios procesos para reubicarse en esta nueva realidad.
(Para mayor información acerca de las tareas del duelo se recomienda leer el artículo “Hablemos sobre las tareas del duelo”).
Recordemos que no hay un periodo exacto para vivir el duelo y que si bien, cada uno es distinto, por lo general se habla de un proceso de dos a tres años, en el que lo que se busca es la resignificación del mismo, una adaptación a la ausencia que nunca será olvidada ni reemplazada, pero que se tiene consciencia que papá está presente en todos lados, pues su esencia nos acompañará por siempre.
Si bien nunca será olvidado, algo que se puede hacer para honrar su memora y su legado es reproducir todo lo positivo que dejo, las buenas costumbres, el amor y el cariño hacia su familia, recordar juntos esas anécdotas, esas aventuras y descubrir que su recuerdo no solo está presente en esos días ni fechas, sino todo el tiempo, como en cumpleaños, reuniones importantes o por el simple hecho de estar juntos como familia, como ese legado que ha dejado su ser amado, con cada acción, cada sonrisa y cada pensamiento que vaya cargado de su memoria. Todos esos pequeños detalles son los que componen la esencia de una persona y honrarlo de esta manera ayudara que el proceso de duelo sea más resiliente.
Papá es una figura muy relevante en la vida de todo ser humano, por lo que se debe tener en cuenta que siempre estará presente, aunque físicamente sea imposible, la fortaleza que impregno en nosotros, sus enseñanzas y consejos harán de este proceso de adaptación algo más fácil sin olvidarnos que eso no significa dejar de quererle u honrarle, pues tratar de estar lo mejor posible es una manera más de enaltecer su existencia.
Psic. María Isabel Rivera García
Deja una respuesta
You must be logged in to post a comment.