Sentido de vida e identidad en jóvenes.

julio 9, 2021
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El ser humano siempre se ha caracterizado por querer tener el significado de la mayoría de las cosas, pensamientos, emociones, sensaciones. Buscar el sentido de la existencia, de la vida y de las interacciones ha sido un tema que se ha tocado en diversos momentos de la historia humana, Víctor Frankl toca el tema en su profundidad, a través de la logoterapia su corriente terapéutica señala que este propio sentido no es único e invariable, sino que cambia en cada momento y cada circunstancia y que para encontrar el sentido, uno no debe preguntarse (como frecuentemente hacemos) “¿qué espero de la vida?”, sino por el contrario, la interrogante debe ser “¿qué espera la vida de mí?

El sentido de vida no puede ser impuesto, no es transferible ni heredado, este es completamente voluntario y en constante cambio, es común pasar mucho tiempo en búsqueda del propio sentido, así como también no encontrarlo, aunque esto puede volcarse a un serio problema de identidad, puesto que al ir sin rumbo, la vida se vuelve rutina y hay falsos escapes, por ello es relativamente sencillo el hecho que la juventud no tenga definido su propio sentido de vida, sin embargo, me es importante realizar las siguientes preguntas, nosotros los adultos responsables de la educación y crecimiento emocional y personal de niños y jóvenes ¿tenemos bien definido nuestro sentido de vida? Si la respuesta es sí, felicidades esta del otro lado, si la respuesta es no, hay mucho que remar, puesto que ¿será congruente exigirles a nuestros jóvenes algo que ni los adultos han podido lograr?

Abraham Maslow lo toma desde la perspectiva de necesidades, siguiendo la siguiente categoría necesidades fisiológicas (respirar, vestirse, alimentarse, descansar, sexo, etc. Se cubre todo lo relacionado con el ser humano para que pueda sobrevivir) necesidades de seguridad (aspectos que nos hacen sentir seguros para mantener el orden seguridad física, salud; tener dinero, trabajo; necesidad de una vivienda, esta etapa se cubren las necesidades que las personas necesitan una vez ya han sido cubiertas las necesidades biológicas) necesidades sociales (sentimientos de pertenencia. Es decir, sentirse integrado en la sociedad a través de las relaciones interpersonales y el desarrollo afectivo: amistades, pareja, familia, ser parte de un grupo, recibir y dar afecto) necesidades de reconocimiento (son aquellas relacionadas con la confianza y la reputación, hay dos categorías: la autoestima –independencia, confianza en uno mismo, dignidad, logro, etc., y la reputación o respeto, que precede a la autoestima o dignidad) para finalmente llegar a la autorrealización (nivel más alto y únicamente puede ser satisfecho una vez todas las demás han sido alcanzadas. En esta etapa es cuando el ser humano busca su crecimiento personal y desarrollar todo su potencial para lograr su éxito).

Para los jóvenes puede ser difícil buscar, crear y trabajar un sentido de vida, cuando hay hambre, violencia, cuando no se sienten seguros en casa, y es difícil porque en esas situaciones el sentido de vida se trata de sobrevivir como se pueda, ¿cuántas personas tendrán este mismo sentido?

A veces los jóvenes necesitan tiempo y comprensión, es complicado y más en estas épocas, en donde las crisis económicas, desempleo y demás son cada día más fuertes, sin embargo, traten de buscar 10 minutos al día para preguntar a sus hijos ¿cómo te sientes?, ¿te puedo ayudar en algo? El tiempo de calidad supera al tiempo en cantidad, muy importante saber que los padres no le pueden dar el sentido de vida a los jóvenes, porque esto es totalmente personal, sin embargo, si pueden apoyarle en sus ideas, metas y más allá escuchando, lo que tienen que decir, lo que tienen que externar, y también, muestren ustedes la confianza que tienen en ellos para pedir disculpas si es necesario, para solicitar su opinión referente a cualquier tema, para hablar de la vida y sus sentidos.

Al final, no tan solo se trata del ¿para qué? Si no también del ¿cómo? Y en este andar, siempre es mejor buscar el sentido de vida acompañado.

Autor: Jonathan García Mezhua.

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