¿Qué hacer en caso de perder a un familiar por accidente?

julio 21, 2023
Un accidente es algo que escapa a nuestra voluntad y que no refleja nuestras intenciones, sino que «simplemente ocurre» y puede transformar por completo nuestras vidas, poniendo todo de cabeza y alejándonos de momentos, planes, metas, sueños y personas que, de haber tenido poder de decisión, no separaríamos de nuestras vidas. En el caso de la familia, existe la idea preconcebida e inculcada por la sociedad de que son individuos que siempre formarán parte de nuestra vida y estarán en todo momento, “en las buenas y en las malas” para apoyarnos, e incluso se llega a incentivar confiar únicamente en familiares o confiar en ellos más que en cualquier otra persona.

Por eso, cuando un familiar trasciende en un accidente, lo abrupto del suceso rompe con el esquema de vida concebido hasta ese momento, se trata de una ruptura súbita del vínculo afectivo con alguien que no concebimos fuera de nuestra vida, una muerte inesperada en la familia y una separación que se asimila como violenta, de allí que independientemente del vínculo afectivo al momento del suceso puede existir una fuerte carga de culpabilidad o responsabilidad por lo ocurrido, en forma de frases como “si no le hubiera pedido venir/ir a x lugar…” “Debí reaccionar más rápido/mejor…” entre otros pensamientos producto de la fuerte impresión que deja lo ocurrido en la psique del doliente.

Además, un duelo en familia supone un evento capaz de dificultar y desajustar la dinámica de las relaciones intrapersonales de quienes “sobreviven” al suceso, especialmente si existieron conflictos o asuntos sin resolver al momento del deceso, dado que el duelo ocurre de manera individual incluso dentro de un mismo círculo social como lo es la familia, lo que significa que cada uno de los integrantes resolverá a su propio ritmo los sentimientos y pensamientos derivados de la pérdida en lugar de vivir de manera simultánea las etapas y tareas del duelo.

Al mismo tiempo, es posible que no todos estén preparados siquiera para afrontar la pérdida, dado que una de las características principales del duelo a causa de un accidente es la imposibilidad de procesar lo ocurrido en primer lugar. La presencia de una respuesta de shock o negación en la que el doliente puede aparentar tranquilidad absoluta y comportarse como si «nada hubiera pasado» puede ocurrir como consecuencia de lo repentino del suceso, desplegando los mecanismos de defensa de la mente.

Por lo que “Qué hacer” cuando perdemos a un familiar en un accidente es una pregunta que solo tendrá una respuesta en la medida que estemos dispuestos a aceptar los cambios que trae consigo la ausencia física. No se puede elaborar un duelo sin reconocer en primer lugar la existencia de una pérdida importante, de un vínculo y un rol en la familia que nada ni nadie más podrán llenar, de la mano de una red de apoyo, es posible hacer las paces con las situaciones que quedaron pendientes y reconocer que lo ocurrido no dependía de nosotros en realidad, pero lo que sí podemos decidir y modificar es qué hacer con nuestra vida de ahora en adelante.

Honrar la memoria de quien ha trascendido, recordarle de manera activa, incluso hacer actos de gratitud e incluso de caridad en su nombre, contar sus anécdotas, recordar su manera de ser, etc., son formas de permitir que nos acompañen aún en la ausencia física.

Psi. Adriana Aramis Rosete Viveros


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