MUJER COMPLETA

febrero 26, 2021
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Cuando se habla del sentir, muchas veces se entiende por verdadero lo que está establecido, lo que está dicho, lo que nos enseñaron que era lo correcto, cuando se habla del sentir recurrimos a lo que se ha aprendido a priori, al marco de referencia, pero, lamentablemente este marco en diversas ocasiones se basa en cuestiones no saludables, en creencias que se pudiera pensar ayudan, pero que solo reprimen. El ser humano, el ente más evolucionado del planeta tierra muchas veces encuentra sus fronteras al hablar del sentir, y más aún cuando se habla del sentir femenino, no son mentiras que aún el día de hoy las garras del machismo estén presente en la visión de los individuos, y lastimosamente hacen que no se midan con las mismas reglas el sentir del hombre y la mujer, no hay diferencias entre nosotros, aunque así se ha hecho creer, desde el baby shower que hace augurio del sexo del bebé, azul para niños rosa para niñas hay una distinción como tal, pero las mayores distinciones son la que lastiman y reprimen.

El valor de todo ser humano no lo dictamina la pareja con la que decide acompañar su vida, tampoco por la cantidad de estudios o de dinero que posea, cada ser humano es un ente imposible de medir, y lo que dictamina su valor es su congruencia al existir (pensar, sentir y actuar de manera asertiva), pero, sucede algo curioso cuando hablamos del sentir humano enfocado al lado femenino, y es que la historia pesa para las personas que quieren cargarla. Contrario a lo que antes se creía la mujer no es el complemento del hombre, no está para servir y mucho menos para dedicarse en mente y corazón a algún hombre; hoy su lucha está de regreso y con más fuerza, y la consciencia de la equidad cada vez se deslumbra más, hoy su lucha les hace saber que son mujeres completas, las que trabajan y las que crían, las que deciden no tener hijos y las que estudian, aquellas que aman con libertad y sin prejuicios, y aunque su lucha es grande, no ha llegado a todas, no porque no pueda, sino, porque a veces no es permitido por las propias mujeres que tienen arraigado aquello que les enseñaron, aquello vivieron e interiorizaron, aquellas que normalizaron, y no es su culpa, no deben de ser señaladas, ni exigir que cambien de postura de la noche a la mañana, la deconstrucción es un atardecer en donde cada uno abre sus ojos para ver a su tiempo, pero, si deben ser ayudadas, orientadas y acompañadas en su trayecto.

 

Con la muerte se va parte de la vida, pero, se quedan muchas veces la sombra de la historia y de los mitos, para todos y todas aquellas personas que lean este articulo hecho con sumo respeto y empatía, les pido encarecidamente tomen en cuenta las siguientes recomendaciones si conocen a alguna persona que necesite este apoyo, familiar o amistad.

 

“Mujer eres fuerte” cuando trasciende el esposo, concubino, novio o pareja en muchas ocasiones se crea una estigmatización sobre la esposa y se le achaca el término “débil o vulnerable”, cuando se habla del sentir es imposible no se denote triste, pero no débil, más bien el termino correcto es sensible ¿y quién no está sensible tras la pérdida? Independientemente si la relación en vida haya sido buena o no, el dolor que se siente es real, por ende, la mejor forma de validar su duelo es no minimizando, evitar palabras como “ya otra vez vas a llorar, tienes que ser fuerte piensa en tus hijos, ya déjalo descansar no le llores, ya tienes que darle la vuelta a la página no sirve de nada que te sientas así”.

 

“Mujer no eres viuda” entendamos que este término es precisamente de luto y no de duelo, es una capa que cubre y ata, que encierra y reprime, y que aun cuando la pareja haya trascendido pesa más el “cumplir” con un deber de ser fiel aún después de la muerte, toda persona que ha perdido a su compañero/a de vida tiene derecho a encontrar una nueva pareja en el momento que se sienta lista/o, y que ésta acción no tiene nada que ver con “faltar el respeto a la memoria” o “serle infiel a la persona que ha trascendido”, mujer no eres viuda eres libre, de amar y de recordar, de extrañar y de mirar hacia enfrente, de aprender y de valorar, de querer estar y sentirse bien, y aunque para esto es importante primero desahogarse, dejar ir, perdonar y cerrar ciclos, no tiene nada de malo querer empezar de nuevo. Mujer eres más que la extensión del hombre, y tienen todo el derecho de amar amándose primero a ustedes mismas, ayudemos no encasillando, no reprimiendo ni señalando que su vida amorosa se ha acabado con la partida de su compañero de vida.

 

“Mujer, estás completa” son más de lo que les han dicho, más que sus problemas y sensibilidades, más que sus limitantes y sus errores, no son complemento y no buscan alguien que se complemente con ustedes, su dolor es válido y nadie tiene derecho a minimizarlo, a decirles que “no es para tanto” no son egoístas por pensar en ustedes como prioridad, por valorarse y reconocerse como seres inigualables e irrepetibles, soltar no significa olvidar, soltar es sanar y reconocer que no serán igual tras la pérdida pero que, esto necesariamente no tiene que ser malo. Ayuden comprendiendo, ayuden escuchado y empatizando con sus amigas, hermanas, madres o abuelas, tías o vecinas que pasan por esto, háganles saber el valor de su lucha y su sacrificio, el valor de las lágrimas y de la sanación y sobre todo ayuden a hacer consciente todas aquellas conductas y pensamiento de luto que no ayudan, que lastiman, en el arte del sentir es importante la deconstrucción que cada persona a su tiempo experimenta, mujer completa, mujer fuerte, mujer valiente, experimenta el dolor pero no te ancles al sufrimiento, que en este mar llamado vida siempre estarán acompañados de tormentas y crepúsculos, de delfines y mantarrayas, pero lo importante es con que ojos se vean ¿de culpa o de aprendizaje? Depende de lo mucho que me deje o no ayudar.

Autor:

Psic. Jonathan García Mezhua, Tanatólogo de Grupo del Ángel

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