Los duelos no son eternos, el Amor sí

noviembre 18, 2022
El ser humano construye su realidad, en tanto cada persona elige (en mayor o menor medida) qué aspectos de la vida son más relevantes, y esto puede ir desde lo más cotidiano como el qué características de amigos y familiares les hacen ser cercanos y cuáles, por el contrario, hacen replantear la relación e incluso invitan a dejar de frecuentar a ciertos individuos; hasta lo más abstracto y complejo, como son las ideas propias del sentido de vida y el sentido de muerte.
También constituye una elección qué pensamientos y sentimientos guían la manera de actuar ante determinadas situaciones, pues si bien es cierto que las emociones surgen de manera espontánea y a menudo se les puede calificar como “incontrolables”, es igualmente cierto que el ser humano es capaz de regularse, lo que de acuerdo con el Psicólogo especializado en educación emocional, Rafael Bisquerra, “supone tomar conciencia de la relación entre emoción, cognición y comportamiento; tener buenas estrategias de afrontamiento; capacidad para autogenerarse emociones positivas, etc.”

Luego entonces, es posible afirmar que el duelo no tiene por qué ser eterno, pues aun si el recuerdo de los seres amados nos acompaña por el resto de nuestras vidas, a pesar del dolor que pueda traer su memoria o el vacío asociado con su ausencia física existe la opción de vivir sin que su legado infrinja dolor constante en el tiempo presente, pues si bien durante los primeros meses puede considerarse normal que las emociones sean abrumadoras, el paso del tiempo brinda la oportunidad de escoger con cada día que transcurre “¿Cómo quiero vivir mi vida de ahora en adelante?”.

Vivir con voluntad es elegir el amor como legado y dar al tiempo de nuestros seres amados en este mundo el reconocimiento que merece, porque su singularidad como personas merece ser celebrada al mantener presente, lo que los hace ser sumamente especiales (y por ende inolvidables) en nuestro corazón. Cuando escogemos recordar desde el agradecimiento en lugar del enojo, la frustración o el vacío, cada momento que nos hizo esbozar una sonrisa juntos, los lugares especiales, los gestos desinteresados para apoyarnos y las muestras de cariño que seguramente estuvieron presentes aún de manera indirecta, abrimos la puerta a la resiliencia para tener un nuevo comienzo.

Psi. Adriana Aramis Rosete Viveros

Recuperado de:

«https://www.rafaelbisquerra.com/competencias-emocionales/regulacion-emocional/»


Deja una respuesta