Hablemos sobre los apegos de pareja

febrero 17, 2023
Los lazos afectivos de los seres humanos son muy importantes, los grupos en los que se mueven los individuos moldean en mayor o menor medida la manera en que se desarrollan afectivamente, siendo el primero y más importante la familia nuclear, en ella se desarrollan lo que John Bowlby denomino como estilos de apego, pero ¿qué es el apego?
Se podría definir como un vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos de vida entre la madre y el recién nacido o en su defecto, la persona encargada de su cuidar al bebé, tiene la función de asegurar el cuidado, el desarrollo psicológico y la formación de la personalidad. El apego está relacionado con dos sistemas importantes para el recién nacido, el sistema exploratorio, el cual permite al bebé contactar con el ambiente físico a través de los sentidos; y el sistema afiliativo, mediante el cual los bebes contactan con otras personas, para López (2009), el apego se compone de tres componentes: la construcción mental que permite establecer la relación de pertenencia e incondicionalidad, la unión afectiva que proporciona sentimientos de alegría y bienestar, y el sistema de conductas de apego focalizado en mantener un contacto privilegiado.

Bowlby concluyó que la capacidad de resiliencia de los menores estaba influenciada por el vínculo formado en los primeros años de vida, en otras palabras, el tipo de relación que se establece entre el bebé de pocos meses y su cuidador es determinante en la conducta y desarrollo emocional que tiene después. Bowlby aseguró que el estilo de apego establecido durante la infancia puede ser visible en los miedos o inseguridades del adulto, y en la manera de afrontarlos y determinó había 4 estilos de apego.

• Apego seguro: está caracterizado por la incondicionalidad: el niño sabe que su cuidador no va a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado.

• Apego ansioso ambivalente: Cuando se habla de “ambivalente” significa expresar emociones o sentimientos contrapuestos, lo cual, frecuentemente, genera angustia y ansiedad, es por eso, en el caso de un apego ansioso-ambivalente, el niño no confía en sus cuidadores y tiene una sensación constante de inseguridad, de que a veces sus cuidadores están y otras veces no están, provocando miedo al abandono y una gran angustia cuando sus cuidadores no están.

• Apego evitativo: Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo cual provoca sufrimiento. Se conoce como “evitativo” porque los bebés presentan distintas conductas de distanciamiento. Por ejemplo, no lloran cuando se separan de cuidador, se interesan solo en sus juguetes y evitan contacto cercano, hay una gran barrera emocional.

• Apego desorganizado: Es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta comportamientos contradictorios e inadecuados. La constante en los cuidadores han sido conductas negligentes o inseguras. Se trata del extremo contrario al apego seguro, aquí entrarían casos de abandono temprano.

Pero, ¿Cómo afecta esto a las parejas?

Algunos autores señalan que hay palabras que resumen a cada uno de ellos, como son: “comodidad”, “dependencia”, “represión” y “amenaza”, respectivamente.

• Adultos con apego seguro (comodidad): De adulto se siente cómodo con la cercanía e interdependencia en las relaciones, reconoce sus emociones, expresa sus necesidades afectivas y entabla vínculos duraderos; cree ser digno del amor de los otros, el cual es confiable y dependiente. Es el tipo más saludable de apego.

• Adultos con apego ansioso ambivalente (dependencia): De adultos, el apego ansioso-ambivalente provoca, una sensación de temor a que su pareja no los ame o no les desee realmente. Les resulta difícil interaccionar de la manera que les gustaría con las personas, ya que esperan recibir más intimidad o vinculación de la que proporcionan. Un ejemplo de este tipo de apego en los adultos es la dependencia emocional.

• Adultos con apego evitativo (represión): llegada la edad adulta suelen convertirse en personas huidizas, desconfiadas, que ven la necesidad de afecto como una debilidad y reprime sus sentimientos. No está cómoda con la intimidad e interdependencia de las relaciones, evita compromisos o vínculos emocionalmente fuertes.

• Adultos con apego desorganizado (amenaza): De adultos suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten queridas, generalmente rechazan las relaciones, pero en el fondo son su mayor anhelo. Es común encontrar este tipo de apego en adultos con relaciones conflictivas constantes, les cuesta identificar y regular sus emociones, “con un intenso sentimiento de confusión y dificultades para respetar los derechos y los límites del otro”

Es por eso que conocerse a uno mismo es la mejor manera de no repetir las historias, los estilos de apego pueden modificarse con un trabajo arduo de las partes involucradas, el trabajo terapéutico es importante en estas cuestiones, todo se trata de la concientización de las conductas des adaptativas y el aprendizaje de la mano de la empatía y límites para fortalecer la aparición de un nuevo estilo de apego.

Psi. Jonathan García Mezhua

 

• Bowlby, J. (1977). The making and breaking of affectional bonds. The British Journal of Psychiatry, 130(3): 201-210.

• López, F. (2009). Amores y desamores: procesos de vinculación y desvinculación sexuales y afectivos. Madrid: Biblioteca Nueva.


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