Cada perdida significa un duelo, ninguna es más dolorosa que otra y se debe respetar el sentir de la persona que la ha sufrido, cada caso es distinto y ninguno es igual a otro. Cuando hablamos de perdida no necesariamente nos referimos a cuando trasciende un ser querido, no obstante, en esta ocasión se trabajará el tema de la resiliencia en ese proceso de duelo.
Primeramente, se entiende como resiliencia, a la capacidad que todos los seres humanos tenemos de sobreponernos ante las adversidades, para seguir en ese proceso de adaptación, ya que son esos ajustes que se hacen para seguir adelante, según un estudio que realizaron Stefan Vanistendael y Jacques Lecomte (2002) (Citado de Alvarado, Victoria, Granados, Luis, Carmona y Jaime, (2017), se encontró que niños, adolescentes y adultos que habían sufrido experiencias traumáticas habían podido desarrollarse de manera óptima gracias a la presencia amorosa de alguien que les brindó apoyo, un espacio seguro y afecto. Al proceso de la resiliencia también puede ayudar la gestión de las emociones, que es reconocerles y validarlas, sin juzgar ni emitir juicios.
En esos momentos de suma vulnerabilidad, como lo es el trascender de un ser amado, muchas ocasiones lo que hace que dicho proceso sea más doloroso y complejo es el no poder despedirse, por lo que en esos casos se recomiendan dar pequeños cierres simbólicos pero significativos, como;
- • Escribir una carta: donde se le exprese todo lo que quedo pendiente, se le puntualice que jamás será olvidado y que su esencia estará presente siempre.
- • Hacer un dibujo: Esta sirve con los más pequeños, como lo son los niños, sin embargo, no es una limitante.
- • Hablarle: Ya sea en el lugar donde se encuentra, que es su última morada física o desde un lugar muy especial donde se compartían recuerdos en común, para decirle algunas palabras que pudieron quedar pendientes, esto con el fin de hacerle saber que todo está bien y que se tratará de estar lo mejor posible.
Todo esto es con el fin de ayudar al proceso de readaptación, no significa que se va a dejar de extrañar al ser querido, ni mucho menos que se dejará de sentir nostalgia por el recuerdo, sino más bien lo que se busca es que el dolor deje de estar presente cuando se piense en esos momentos donde estuvo, ya que, se puede sentir tristeza sin dolor.
La resiliencia va de la mano con el amor y el cariño que solo la familia y seres queridos dan, por lo que tratar de estar lo mejor posibles es lo más acertado en estos momentos, es inevitable que la tristeza desaparezca por completo, recordemos que esas lágrimas que se derraman van acompañadas del afecto y todos esos recuerdos que se tienen con el ser amado.
Es importante resaltar que el necesitar ayuda de algún profesional de la salud no significa que se sea débil, al contrario, el aceptar que no se puede hacer algo solo es un paso enorme de valentía, pues todos necesitamos de todos.
Psi. María Isabel Rivera García
Referencias
Alvarado, Victoria, Granados, Luis, Carmona y Jaime, (2017) El camino de la resiliencia: del sujeto individual al sujeto político. Magis. Revista Internacional de Investigación en Educación, 10(20),49-68. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281056021004
Pérez, J., Gardey, A. (2008) Definición de resiliencia. Definicion.de Recuperado de: https://definicion.de/resiliencia/
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