Duelos trágicos

mayo 13, 2022
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Toda perdida causa dolor y nadie tiene el derecho de decir que una experiencia es más dolorosa o menos que otra, solamente la persona que lo vive es capaz de decir cómo se siente y que es lo que necesita.

Por tal motivo, decimos que cada duelo y cada perdida es distinta, además nunca se está preparado para ello; sin embargo, existen circunstancias específicas que de presentarse hacen más difícil llegar a resignificar la pérdida, llevando a la persona en ocasiones a atravesar un duelo de tipo “trágico”, lo que implica muchas veces, permanecer en estado de shock o negación por más tiempo.

Cuando hablamos de duelos trágicos hacemos referencia a aquellos que ocurren de manera repentina, que son violentos e inesperados, como los feminicidios, homicidios, accidentes, etc.  En estos casos, el presenciarlos o el ver el cuerpo del ser amado de esa manera puede generar un trauma y esto genera que el duelo se complique.

Como hemos mencionado con anterioridad, este tipo de duelos suelen ser más complejos que otros, debido a sus características particulares. Para más información respecto a las características y diferencias entre un duelo saludable y uno complicado se recomienda leer el artículo “Duelos complicados” en entradas anteriores de nuestro blog.

El duelo por un ser amado que sufrió un accidente o que fue violentado es particularmente doloroso, no se debe invalidar a la persona que ha sufrido la perdida y por supuesto, es totalmente normal que se tome su tiempo para aceptar esta nueva realidad. Por lo general, sus sentimientos van acompañados de culpa, ira y constante recordatorio de la perdida.

En el caso de los feminicidios, que son cualquier acto de violencia que tenga como consecuencia el fallecimiento de una mujer, niña o persona del sexo femenino por el hecho de pertenecer a este grupo minoritario. Se caracterizan porque el victimario ultraja el cuerpo, lo violenta e inclusive, muchas veces se abusa físicamente de este, lo cual deja secuelas en la familia que sobrevive a esta pérdida.

Normalmente llegan a presentarse sentimientos de angustia, culpa, frustración y enojo, así como grandes cambios que se producen a nivel personal y familiar, todo esto forma parte de los elementos que categorizan como “trágica” a una pérdida, por poner algunos ejemplos.

Resulta importante acompañar a las personas que han sufrido alguna perdida de este tipo, pues se encuentran en un estado vulnerable, en especial, debido a que sus emociones y sentimientos podrían llevarlos a realizar actos de los que se pudieran arrepentir después. No se les debe decir que sentir, ni mucho menos normalizar este tipo de situaciones, a veces con el simple hecho de estar se hace demasiado por la persona.

Por ello, en estos momentos no está mal acercarse a un profesional del área de la salud mental, si es que ese es nuestro deseo. Llorar no es de débiles ni aguantar es de valientes; simplemente debemos tratar de comunicar lo que necesitamos, tomar las cosas a nuestro tiempo y acercarnos a quien más confianza nos brinde.

Es difícil recordar a nuestros seres queridos en estas fechas tan importantes como lo son el 10 de mayo, pero eso nos hace ser conscientes que siempre estarán con nosotros, que su recuerdo será perpetuo y que nada ni nadie podrá borrarlo.

 

Psic. María Isabel Rivera García

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