Duelo por pérdida de la salud

septiembre 23, 2022
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Al hablar de enfermedad se suele hacer referencia a aspectos exclusivamente físicos del deterioro de la salud, como por ejemplo la existencia de dificultad para respirar, dolor corporal, entre otros signos que dejan en claro la necesidad de apoyo y atención. Sin embargo, un aspecto igualmente importante que suele infravalorarse son las repercusiones emocionales de la pérdida de salud, entre las cuales está la existencia de un duelo.

Como punto de partida cabe mencionar los duelos intrapersonales, que son aquellos en los que ocurre “la pérdida de aspectos o partes del self, es decir, de uno mismo y/o de nuestra identidad” de acuerdo con el Centro Logopédico Komunikat (2018). Esto es importante, pues el diagnóstico de una enfermedad crónica (como son el cáncer, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades cardiovasculares y la diabetes, entre otras) conlleva el deterioro de la vida misma en múltiples áreas y por ende una disminución de la calidad de vida, rompiendo con el statu quo y generándose así una sucesión de pérdidas intrapersonales como pueden ser la pérdida de autonomía, de seguridad, de autoestima, de relaciones, de trabajo, etc.

Todo lo anterior puede ser englobado como duelo por pérdida de la salud al identificarse como causalidad el deterioro del individuo y la percepción que tiene el enfermo de su vida antes, durante y después del diagnóstico, pues en ocasiones basta la sola sospecha, mención o confirmación de enfermedad para que una persona inicie su camino del duelo.

Y es que una vez más es necesario recordar que el duelo en sí es un proceso tan variado y único como los individuos que lo atraviesan, aunque ciertamente existen una serie de “pautas” dadas por el estudio de los duelistas desde la tanatología y la psicología por lo que de manera general el fin último de este proceso es la aceptación resiliente de la nueva realidad que supone tener que vivir sin aquello que anteriormente era parte importante de mi vida. En este tipo de duelo específico, existe la necesidad de encontrar una nueva identidad más allá de quién soy, por lo que tengo o por lo que puedo hacer con mi cuerpo (habilidades, ocupaciones y capacidades).

Si bien lo primordial es la percepción que tenga la persona acerca de su vida y la flexibilidad para aceptar ciertos cambios en la rutina, planes a futuro y posibilidades de desarrollo personal, cabe hacer mención a la importancia que tienen las redes de apoyo en esta circunstancia, especialmente cuando es esa misma red quien se vuelve responsable de los cuidados y/o de asumir roles que la persona enferma se ve incapaz de realizar debido a su condición.

Aprender a delegar, pero también a cooperar se vuelve sumamente importante porque la tendencia es que existan mayores demandas para toda la familia (independientemente de que participen en el tratamiento todos los integrantes o se designe un cuidador principal) con lo que la atención y el apoyo que se brinden tienen la facultad de influir positivamente en el bienestar del doliente y ser un factor de protección contra la angustia y la impotencia que suelen acompañar este proceso.

Recordar como familia que nunca es tarde para encontrar nuevas rutinas, interacciones, hábitos y aficiones que suman valor positivo a nuestras vidas, y qué juntos somos más fuertes.

Psi. Adriana Aramis Rosete Viveros

 

Referencias:

Gómez Palomar E. (2018) Duelo y tipos de pérdida Centro Logopédico Komunikat Recuperado de: https://www.logopedia-barcelona.com/duelo-tipos-perdida/

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