Duelo infantil por pérdida o muerte de la mascota

abril 15, 2022
[siteorigin_widget class=»SiteOrigin_Widget_Image_Widget»][/siteorigin_widget]

Mucho más que una mascota, los animales de compañía se convierten en verdaderos compañeros y amigos en las familias a las que pertenecen. Enseñan múltiples lecciones, especialmente a los más pequeños del hogar; como son el valor de toda vida por igual, respeto, responsabilidad, y amor.

Entre esas múltiples lecciones, tanto como un amigo de otra especie puede brindar lecciones de vida a un niño, también suelen ser su primer acercamiento al concepto de muerte, pues es un hecho que la mayoría de las especies adoptadas como mascotas poseen una esperanza de vida inferior a la del ser humano.

Si bien las circunstancias del trascendimiento juegan un papel importante (si ocurrió por accidente, enfermedad o vejez) en el desarrollo del duelo del infante, también es posible indicar a manera general una serie de pautas que pueden ser de apoyo para los padres/tutores. En primer lugar, es aún más relevante la edad del menor, pues de ello depende el nivel de desarrollo cognitivo y por ende, su entendimiento de lo sucedido.

Hasta los 7 u 8 años el pensamiento mágico se encuentra presente, lo que dificulta la comprensión de los tres aspectos primordiales de la muerte:

Irreversible: El deceso no se trata de un viaje ni de ir a dormir, puede ser contraproducente a largo plazo emplear estas “mentiras blancas” creando inseguridades, miedo y/o ansiedad al notar que sin importar lo que se diga o haga la mascota no vuelve.

Universal: Todos los seres vivientes en el mundo han de trascender, y lo considerable de este hecho es darle naturalidad al hecho en vez de causar temor, pues no se trata de un castigo, y si bien no se sabe exactamente un “por qué” todos fallecemos, ello no constituye por sí mismo un hecho malo, se trata de una parte más de la vida misma que nos permite atesorar aún más nuestro día a día.

Inevitable: No existen recetas, instrucciones o magia que eviten nuestra última parada en este viaje al que llamamos vida, por lo que si bien es complicado explicar a quienes se encuentran en las edades del pensamiento mágico, es de suma importancia sincerarse también en lo referente a este aspecto, pues solo así es posible encaminar a los menores de manera adecuada.

Validar sus emociones así como proporcionarles un lugar y tiempo para poder despedirse de su mascota es de suma importancia, pues una de las complicaciones más usuales es la falta de validación social que puede tener esta pérdida. Si para los más pequeños de la casa se trata de un amigo o miembro de la familia más, es el deber de los adultos a su alrededor reconocer su lazo, pues hacer de menos su vínculo propicia sentimientos de inadecuación y puede dificultar que los niños aprendan cómo gestionar lo que sienten y disminuir la confianza en sus cuidadores primarios.

Empatía y honestidad son  las pautas que deben estar presentes en todo momento, recordando que este es un momento de la vida, un suceso eventual que no significa en absoluto que la tristeza y el dolor de perder a un ser querido son todo lo espera más adelante en la vida, sino que existen aún personas y lugares capaces de brindar confort, pues si bien es cierto que el cambio es una constante a lo largo de la vida, ello no quiere decir que perdamos a quienes queremos, pues sus enseñanzas y compañía siempre van a formar parte de quien somos.

Autor: Psi. Adriana Aramis Rosete Viveros.


Deja una respuesta