Blues de Navidad

diciembre 9, 2022
La “depresión navideña” o “blues de navidad” es el nombre que ha sido acuñado para identificar el estado de ánimo asociado con la disminución de la luz de día durante la temporada de otoño-invierno, dado que el cuerpo humano trabaja con los ciclos naturales de día y noche. Al recibir información sobre el ciclo luz/oscuridad externa, lo interpreta y reacciona ante él a través de la melatonina (hormona que juega un papel importante en el sueño).
A partir de este proceso natural conocido como el ciclo circadiano (el reloj biológico que regula y programa las funciones fisiológicas del organismo en un ciclo de 24hrs) se ha establecido la existencia de una afectación en el estado ánimo a partir de la disminución de horas con luz que se da naturalmente en la época invernal, y de acuerdo con el Instituto de Investigación Baker, el volumen de serotonina disminuye en los meses de invierno debido a la baja luminosidad.

A lo anterior se suma el ambiente festivo que impulsan los medios de comunicación, difundido ampliamente como lo ideal o deseable durante el mes de diciembre: una gran cena donde se reúne a la mesa toda la familia y se comparten anécdotas, risas y la calidez del lazo fraterno es demostrada con obsequios y abrazos, una verdadera demostración de cercanía para celebrar a las personas que han estado con nosotros a lo largo del año.

Pero es quizás dicho énfasis en los seres queridos que se encuentran presentes como parte importante de la vida, la mayor causa del incremento de conductas y pensamientos propios de un estado de ánimo depresivo en la época navideña, debido a que en muchos hogares han existido pérdidas a lo largo del año pueden ir desde la pérdida de empleo, salud, la separación del núcleo familiar por mudanza, una ruptura amorosa o por supuesto el deceso de un ser querido.

El último mes del año trae consigo “el recuento de los daños” y la tendencia a verse rodeado de mensajes donde se invita a pasar las festividades en compañía de los seres queridos, aun cuando lamentablemente ya no sea posible en ciertos hogares, lo que puede alimentar sentimientos de melancolía, frustración, e incluso desesperanza al comparar el año actual con los anteriores, pues se suele percibir más intensamente todo lo que ya no se tiene.

Sin embargo, es por eso mismo que al tomar consciencia de estas circunstancias es posible cambiar el curso y poner (en cambio) el énfasis en las cosas que sí están al alcance y son posibles en la actualidad para mejorar la calidad de vida, reconociendo que si bien el pasado no se puede cambiar e incluso evoca nostalgia, el presente representa oportunidades por vivir y esconde un potencial que solo podrá ser explorado al tener la voluntad de actuar.

Está en uno mismo escoger cuál es la mejor manera de vivir la navidad, o si se quiere en primer lugar participar de ella o se elige vivir de un modo distinto, pero el librarse de las ideas preconcebidas (sociales y además propias) sobre estas fechas, existe el punto de inicio para tomar decisiones en pro del bienestar en épocas decembrinas.

Psi. Adriana Aramis Rosete Viveros


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