De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021) “aproximadamente un 5%, o uno de cada 20 niños y adolescentes, tendrá un episodio depresivo antes de cumplir los 19 años”.
Sin embargo, para muchos padres los cambios en la conducta y el estado de ánimo de sus hijos son frecuentemente asociados con el hecho de encontrarse en desarrollo (por lo que se “espera” que ocurran cambios incluso si son abruptos), de modo que existen menores cuya sintomatología se atribuye a la influencia de los medios de comunicación masiva o a la existencia de una brecha generacional.
Una clave en el cuidado de la salud mental de las infancias es el reconocimiento de su individualidad, y si bien cuanto más pequeños son lo común es que no cuenten con la capacidad de expresar de modo conciso lo que piensan y sienten, la interpretación de su modo de ver el mundo y las distintas experiencias de vida que han acumulado conlleva el sesgo de provenir de un mero espectador (usualmente los padres) cuya personalidad inevitablemente influirá en la percepción existente del estado mental del menor o menores bajo su tutela.
Al mismo tiempo, las circunstancias que pueden afectar el estado de ánimo de un niño variarán entre infantes, aun si se trata de hermanos que pertenecen a la misma familia, el modo en que cada uno se relaciona con sus padres, su rol dentro de la familia y el tipo de interacción social con otros integrantes serán los factores que determinen en mayor medida si existe (o no) una tendencia a presentar estados depresivos que puedan derivar en un trastorno del estado de ánimo.
Y es que si bien, factores como el divorcio, discusiones frecuentes, problemas de comunicación, sobreprotección o abandono por parte de los padres tienen como consecuencia lógica que los hijos desarrollen sentimientos de tristeza, frustración, enojo, e incluso inseguridad; en ocasiones la capacidad de disfrutar de la vida se ve mermada al punto en que el infante adopta actitudes y sentimientos que marcan una posible evolución de lo que inicialmente era una respuesta lógica ante las circunstancias de la vida, a un estado de ánimo depresivo.
Existen síntomas y signos que se presentan de modo común, independientemente de si se trata de un niño, adolescente o adulto y que también deben de tenerse en cuenta, estos son: cambios en la conducta alimentaria y en los hábitos de sueño, sentimientos de desesperanza, tristeza frecuente, dificultad para concentrarse, incapacidad para disfrutar actividades que antes le hacían feliz, y pensamientos que desestiman la propia vida o intentos de suicidio.
Ahora bien, de acuerdo con la especialista en psiquiatría de la Universidad de Navarra, la Psi. Pilar de Castro, algunos de los indicadores específicos de depresión en niños son los siguientes:
• Irritabilidad elevada, irá u hostilidad extrema.
• Episodios de llanto.
• Aburrimiento persistente.
• Falta de energía o cansancio.
• Aislamiento social o falta de comunicación.
• Autoestima baja o sensación de culpa o responsabilidad por cosas malas que puedan pasar
• Sensibilidad extrema al rechazo o poca resistencia ante los fallos o errores.
• Quejas frecuentes sobre problemas físicos (como dolores de cabeza, o de estómago, mareos, náuseas, etc.) en los que no se encuentra causa médica.
• Ausencias frecuentes de colegio, o disminución del rendimiento escolar.
• Conversaciones sobre intención de escaparse de casa.
Ante la presencia de estos indicadores en el día a día de los niños, es importante prevenir y contactar a un especialista de la salud mental especializado, quien será la persona que determine las posibles causas de los cambios en la conducta del menor mediante monitoreo y seguimiento, siendo la única persona capaz de determinar si efectivamente se presenta un trastorno depresivo o existen otras causas que expliquen dichos cambios.
Psi. Adriana Aramis Rosete Viveros
De Castro, Pilar (2020) Depresión en el niño y adolescente. Clínica Universidad de Navarra. Recuperado de: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/depresión-infantil-adolescente
Organización Mundial de la Salud (2021) Depresión. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression
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