Cuidado del Cuidador

julio 29, 2022
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El tener un problema de salud a largo plazo implica un desgaste no solo para quien padece la enfermedad, también se ve afectada la calidad de vida de la o las personas que forman parte de su círculo social debido a las necesidades que surgen por parte de quien está enfermo, especialmente cuando se trata de una enfermedad crónica.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2010 “Las enfermedades crónicas son enfermedades de larga duración y progresión generalmente lenta. Son la principal causa de muerte e incapacidad en el mundo.”(2010), lo cual permite suponer que por cada individuo cuyas complicaciones y/o secuelas de enfermedad le incapacitan, o que se encuentra en fase terminal, existe también al menos una persona a cargo de los cuidados correspondientes para brindarle la mejor calidad de vida posible.

Cuidar a otro ser humano cuya funcionalidad e independencia disminuyen con el paso del tiempo es una labor que suele ser complicada y demandante, ya que por lo general se asigna a un solo individuo cubrir todas las necesidades (físicas, emocionales y económicas) de quien por lo general es un familiar.

Y si bien como familia se suelen tomar decisiones en conjunto y se distribuyen roles para cubrir las nuevas necesidades y carencias que origina el deterioro de al menos uno de sus integrantes, existe una tendencia a asignar mayores cuidados y atenciones a un solo miembro de la familia que tendrá la obligación de destinar la mayor parte de su tiempo y sus recursos, mientras que otros individuos son capaces de seguir con su cotidianidad de manera ininterrumpida.

La acción de cuidar se va asumiendo paulatinamente, hasta llegar al punto en el cual la percepción del cuidado abarca las 24 horas del día como cuidador informal, quienes de acuerdo con De los Reyes «no disponen de capacitación, no son remunerados por sus labores y tienen un elevado grado de compromiso hacia la tarea, caracterizada por el afecto y una atención sin límites de horarios” (2001).

Y si bien en primera instancia es posible tener la impresión de que las labores de cuidado se encuentran bajo control (repartidas de manera equitativa y justa) a la larga suele existir un desgaste que pasa a segundo plano por tener en primer lugar la salud de quien padece una enfermedad crónica.

Ante esto, se vuelve de suma importancia la existencia de una red de apoyo sólida capaz de absorber y redistribuir el desgaste físico y mental, las necesidades de una persona no deben estar por encima de las necesidades de otra, la calidad de vida de todos los involucrados es igual de importante por lo que se necesita una distribución equitativa de labores, reconociendo en primer lugar que existen distintas formas de apoyar en el cuidado.

Para poder cumplir el objetivo de brindar la mejor atención a un ser querido con un estado de salud que le incapacita es necesario cuidar la salud personal, el individuo sano está en mejor condición para resolver y apoyar, mientras que alguien presa del desgaste y el agotamiento pierde la disposición y la motivación con mayor facilidad, dando como resultado que a mayor tiempo ejerciendo la labor de cuidador menor actitud de servicio.

 

Psi. Adriana Aramis Rosete Viveros

Referencias:

Barrera L. (2006) El cuidado del cuidador que afronta enfermedades crónicas. Recuperado de: http://biblio3.url.edu.gt/Publi/Libros/CyPdeEnfermeria/08.pdf

De los Reyes M. (2001) Construyendo el concepto cuidador de ancianos. IV Reunión de Antropología do Mercosur. Foro de Investigación: Envejecimiento de la población en el Mercosur. Curitiba, Brasil. Recuperado de: http://inger.gob.mx/pluginfile.php/1682/mod_resource/content/19/Repositorio_Cursos/Archivos/Promocion/Unidad_IV/PSM_Lectura_Manual_El_cuidado_del_cuidador.pdf

Rojas M. (2007) Asociación entre la habilidad de cuidado del cuidador, el tiempo de cuidado y el grado de dependencia del adulto mayor que vive situación de enfermedad crónica, en la ciudad de Girardot. Avances en enfermería Vol. XXV (N° 1) Recuperado de: https://revistas.unal.edu.co/index.php/avenferm/article/view/35899/36914

Organización Mundial de la Salud (2010) https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/340700/9789240022966-spa.pdf

 

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