¿Cómo trabajar mi resiliencia?

agosto 4, 2023
La resiliencia puede definirse como la capacidad de “volver al estado anterior”, puesto que si nos remontamos al origen etimológico de la palabra, esta proviene del latín “resilio”, que significa “volver atrás” o “volver de un salto”. Sin embargo, el significado que se le atribuye actualmente a dicha palabra comprende ya no únicamente el regresar a un estatus quo, sino que incluye también la adaptación a distintos cambios e incluso el crecimiento personal derivado de aprender y “estar mejor” de lo que antes fuimos.

Existen distintos momentos de la vida que harán surgir estrés, ansiedad, tristeza, rencor y demás sentimientos, emociones y pensamientos desagradables de experimentar, mismos que como sociedad se incentiva a esconder de la opinión pública e incluso se invita a “evitar sentir” pues “no nos llevan a nada productivo”, dando a entender en el proceso que existen emociones que son “buenas” o “positivas” y por consiguiente también hay otras que son “malas” o “negativas”, pretendiendo ignorar que las emociones sí pueden ser reguladas más no controladas de manera completamente voluntaria y/o consciente, y este es un punto clave de la resiliencia.

Es necesario en realidad el experimentar y expresar la frustración, tristeza, anhelo y demás emociones suscitadas por acontecimientos desagradables en la vida, ya que de lo contrario es posible caer en la negación, ya sea del suceso o de la relevancia e impacto que este tiene en nuestras vidas. Hacer esto dificulta el camino de la resiliencia, pues al privarnos de vivir la experiencia por completo (con todos sus matices) también nos privamos del aprendizaje completo que podría surgir de una correcta introspección.

Reconocer que la transformación y el cambio son características constantes de la vida puede ser un punto de partida hacia la resiliencia, al entender que se puede intentar ver el lado positivo de las cosas solo después de que hemos aceptado la parte desagradable de lo sucedido, permitiéndonos desahogarnos, llorar, reír, gritar incluso para poder liberar la mente del peso de las emociones. Entender que no es obligatorio suprimir completamente las emociones desagradables para recuperar el estatus quo es de suma importancia para poder sobreponernos a las dificultades que se presentan, especialmente cuando se trata de algo que de manera objetiva puede ser descrito como una tragedia o desgracia como el caso de accidentes y desastres naturales.

Trabajar en las habilidades y aptitudes personales que favorecen el ser resilientes es una labor que involucra trascender el dolor y tener la capacidad de relacionarnos con otras personas, permitirnos seguir adelante, incluso si sabemos que la vida ya no volverá a ser exactamente igual que antes y no por ello significa que no existan aún motivos para ser felices, pues al comprender los aspectos desagradables es posible ver con nuevos ojos y con mayor claridad aquellos aspectos de la vida que hacen que esta se disfrute y valga la pena.

Por ello, es importante:

• Respetar el tiempo que sea necesario para sobrellevar las circunstancias desagradables de la vida

• No elaborar juicios apresurados y en caso de hacerlo, no quedarnos únicamente con la primera impresión de lo ocurrido

• No pretender negar la gravedad de lo ocurrido en el afán de hacernos creer que “todo está bien”

• Recurrir a la red de apoyo o a un espacio en el que nos sintamos seguros y con la apertura necesaria para el desahogo emocional

• Ser agradecidos por las cosas cotidianas que solemos pasar por alto a pesar de que mejoran nuestra vida, por ejemplo: tener a alguien que se preocupa por nosotros, contar con un lugar en el que podemos refugiarnos, poder ver y sentir lo que nos rodea, etc.

De este modo, es posible comenzar a construir las herramientas necesarias para desarrollar la resiliencia.

Psi. Adriana Aramis Rosete Viveros

Referencias:

American Psychological Association Camino a la resilencia (2011) Recuperado de:

https://www.apa.org/topics/resilience/camino

Diccionario de la lengua española. (2022) Resiliencia. Recuperado de: https://dle.rae.es/resiliencia


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