Emociones más comunes en el duelo

diciembre 29, 2023

Como seres humanos estamos destinados a sentir, nadie como seres vivos está exento de esto, cada suceso que por nuestra vida se va presentando desencadena ciertas emociones y cada una de ellas cuenta con diferentes intensidades que van desde lo más mínimo a lo que muchas veces ya no podemos controlar, por eso es muy importante poder reconocerlas, pues solo así podremos entender de que forma trabajar en ellas y en qué momento posiblemente necesitemos ayuda para gestionarlas.

Comúnmente cuando experimentamos alguna perdida, cada una de nuestras emociones pueden llegar a relucir unas más que otra, sin embargo, poder entender que es por lo que estoy pasando y a su vez entender que tipo de emoción se está presentando nos ayuda a poder elegir qué camino tomar, pues bien, nuestro duelo puede ser algo aceptable y tolerable el cual podemos llegar a sanar con el calor de la familia y amigos o bien acompañados con algún profesional de la salud mental.

Pero antes de que todas estas decisiones pasen, primeramente, hay que saber cuáles son las emociones más comunes que llegamos a presentar durante un duelo, ya mencionamos que pueden variar y que cada una puede ser intensa o leve, pero lo más importante es saber cuáles son.

Las emociones que más se presentan son:

Tristeza

La tristeza es el más frecuente de las emociones asociadas ante una pérdida. Y una de las características más reconocidas por el resto de las personas. La tristeza puede demostrarse con llanto o sin derramar una sola lágrima.  Es descrito como un “vacío”, “sufrimiento”, “desazón”. Sin embargo, es de considerar que, aunque cada uno de nosotros pueda dar su propia descripción de tristeza, lo más común es el simplemente sentirse triste.

Es posible que este sentimiento pueda ser negado por el mismo afligido, sin embargo, lo habitual es que no sea tolerado por las personas a su alrededor con frases como el “no estés triste”, “todo estará bien”, etc. Lo que en ocasiones demerita este importante sentimiento, ya que es parte de cualquier despedida.

Enojo

Este es otro de los sentimientos que se pueden presentar. Si bien no es tan fácil reconocer como la tristeza, y algunas veces es difícil concebir que además de estar triste, también se presenta coraje.

En algunos casos es más sencillo ocultar sentimientos de tristeza a través del enojo, como es el caso de una separación en la pareja, o el del ser despedido en donde todo el enojo se dirige hacia alguien más. Sin embargo, ante un fallecimiento puede ser desconcertante el sentir enojo, y es más difícil dar una explicación. Algunos se sentirán defraudados, como el pensar que nos dejan solos, o molestos contra la persona que no cuido adecuadamente una enfermedad.

Este sentimiento suele estar más oculto y uno de los riesgos existentes es el interiorizar el enojo u otras palabras dirigirlo hacia adentro.

Aparte de las emociones comunes que se presentan en el duelo, también se desarrollan sentimientos que llegan a estar influenciados de las mismas emociones como:

Ansiedad

Esta es una emoción tan común en los seres humanos, en la mayoría de los casos en un mecanismo de protección. El que nos preocupe estar en una zona peligrosa de la ciudad tiene su razón de ser, y por el que evitamos lo más posible el peligro.

En el caso de una muerte puede activarse esta sensación por dos motivos, uno de ellos al mostrarnos nuestra propia vulnerabilidad, nuestra fragilidad ante la vida que la mayor parte del tiempo tendemos a evitar. Estos pensamientos no pueden ser desechados ante una muerte cercana. Lo que nos ocasiona miedo y preocupación. Muchas veces esta emoción es enmascarada por otros más evidentes como la tristeza o el enojo, pero no deja ocupar una parte importante de las emociones despertadas ante una perdida.

El otro motivo son aquellas preocupaciones más “mundanas” si se quiere ver de esta forma. Aquellas preocupaciones que tienen que ver desde cómo llevar a cabo los procedimientos propios de las ceremonias correspondientes, hasta aquellas preocupaciones acerca de lo que depara el futuro. Algunos ejemplos pueden verse cuando uno de los cónyuges fallece y el otro tiene que hacerse cargo de situaciones no realizadas con anterioridad (como llevar las cuentas).

Lo más importante de esta emoción es que nos permite ponernos alertas ante situaciones de peligro o incomodidad, generando una respuesta inmediata ante la situación, y la mayoría de las veces es un aviso de nuestro organismo para que estemos preparados o bien realizar modificaciones necesarias en nuestra vida.

Culpa

Normalmente, la culpa se manifiesta respecto a algo que ocurrió, o algo que se pasó por alto en el momento de la muerte. En ocasiones puede ser una culpa irracional, como el no haber hecho lo suficiente, o haber estado presente cada momento. Pero en otros casos la culpa tiene un trasfondo real, como el haber tenido malas relaciones o un conflicto no resuelto del que ya no se podrá hacer nada.

Este es un sentimiento que al igual que la tristeza y el enojo tiene que ser validado por la persona y los que la rodean, es también un sentimiento difícil que puede comprometer el bienestar del individuo, en algunos casos vale la pena dar un poco de criterio de realidad para poder disminuir o hacer más llevadero este sentimiento.

Soledad

Este es otro sentimiento que se llega a vivir ante una perdida, y aunque no es considerada agradable, es algo por lo cual constantemente podemos pasar. Varía mucho al respecto de la perdida que se haya tenido y/o la cercanía que se presente, por lo que no es lo mismo perder a un familiar con el que se tenga poco contacto, que uno con el que se conviva todo el tiempo.

Otro de los factores influyentes de este sentimiento es que tanto apoyo social se tenga. Para algunas personas perder un ser querido es perder también todo su sostén, para otros se convierte en una oportunidad para darse cuenta de la conexión que se tiene con otras personas. Tampoco hay que olvidar que existen momentos en donde se puede sentir una increíble soledad, a pesar de estar rodeado de personas. Esto puede ser algo normal que, sin embargo, se alarga mucho tiempo, puede desencadenar otro tipo de complicaciones.

A veces es necesario tener que sentir este sentimiento por más desagradable que sea, es una etapa necesaria para estar al tanto de nosotros mismos, además de ser necesario para comenzar a restablecernos.

Impotencia

Este sentimiento está muy relacionado con la ansiedad y en ocasiones con el enojo. Se presenta como un recuerdo estresante, acerca de que no logramos hacer nada y no podemos apartar tan fácilmente. No está de más decir que es un sentimiento que en ocasiones se llega a catalogar como desagradable, porque en muchos casos, así es, realmente no podemos hacer nada.

Es posible que este sentimiento nos sobrepase y evite que podamos observar otras cosas necesarias y cambios que tenemos que realizar y como ejemplo señalaré un escenario desagraciadamente cada vez más frecuente:

Muchas personas que se divorcian se sienten realmente impotentes ante su situación (al menos los que no quieren separarse). Se repasa una y otra vez que pudieron haber hecho diferente o cómo podrían regresar a una etapa anterior, que la mayor de las veces no es posible, muchos sufren tanto con esta impotencia, ya que no depende totalmente de ellos, que se olvidan de otras cosas que, si están en sus manos, como el buscar los mejores términos de la separación o cuando existen hijos cómo hacer para que haya menos sufrimiento en ellos, etc.

 Alivio

En algunos casos se puede presentar después de un fallecimiento de una persona que cursa con una larga enfermedad o que conlleva mucho sufrimiento, sin embargo, en otras ocasiones una persona puede sentir alivio posterior dejar el empleo que tenía donde constantemente no se sentía parte, o validado, bien en una relación donde las situaciones ya no eran lo mismo, el sentimiento de alivio nos abre esa visión de ver más allá de lo que pudiera haber sido la perdida, pues nos refleja esa tranquilidad y oportunidad de poder descubrir más cosas, momentos o experiencias que posiblemente en el lugar donde estábamos no se podían haber presentado.

El sentimiento de alivio va ligado muchas veces a lo que buscamos en mediada de la situación, pues como se comentaba anteriormente, nos permite ver el lado bueno de la situación, esa tranquilidad de que mi ser querido por fin descansa sin dolor y la carga emocional y física disminuirán, o el estrés por el trabajo y el mal ambiente ya no seguirán en su vida, o bien la oportunidad de conocer más personas o lugares diferentes, todo en medida de lo que el alivio nos pueda llegar a dar es uno de los sentimientos positivos en nuestra vida.